El luchador se pone ante los focos. Y pasa lo que pasa. Que un luchador no es una/un modelo al que puedas decirle "dame una pose tal" y la hace al momento. Hay que guiarle, corregirle, sugerirle.
Normalmente las primeras fotos de una sesión dedicada de dos horas son para que el interesado se suelte. Va bien enseñarle esas primeras fotos para que se de cuenta de por donde queda mejor. Si es una sesión de roster, pues lo mismo pero a entre quince minutos y media hora por luchador.
Estos las dieciocho primeras veces se hace con ánimos y alegría, pero luego ya cansa un poco y es el momento en que te pones perro. Y es que hay que pensar que al fotógrafo le toca controlar la parte técnica de la cámara y por el lado creativo también pensar en los posibles esquemas de luces.
Hay una primera opción, que la sesión sea para algún tipo de cartel con el concepto ya pensado por un director creativo. Este fue el caso de este par de carteles.
En Most wanted, incluido el "precalentamiento" hizo falta tirar unas cincuenta fotos hasta que John Hammer dio el tono adecuado. En Double down hubo diversión con las tomas falsas :)
Bien, ahora supongamos que tu y yo, querido luchador/a tenemos una sesión de fotos por delante. Te estaré eternamente agradecido si te preparas estas fotos al lado de un espejo, ensayas las que más te gusten, si hace falta añades otras en las que te veas bien, y el dia de la sesión tendremos mucho por delante ya hecho ;)